Con motivo del próximo #8M Día Internacional de la Mujer quería hacer esta reflexión basada en la experiencia que más que personal es algo muy habitual en nuestra profesión.
Como fisioterapeutas aún ocurre que nos vemos cuestionadas por miradas entre incrédulas y contrariadas por nuestro aspecto físico. Por ser bajitas, menudas, jóvenes y encima… mujeres.
Cuantas veces nos han dicho:
–ah, ¿que me vas a tratar tu? Haciéndonos un escáner de arriba a abajo como si creyeran poder calcular cuánta fuerza podemos llegar a tener, cuánto sabemos o qué experiencia hemos acumulado.
Las cosas cambian
Afortunadamente poco a poco las cosas van cambiando, a base demostrar todo lo que valemos, ayudando cada día a nuestros pacientes a encontrarse a mejorar su calidad de vida. Estamos dejando claro que sí podemos y que la fisioterapia no es una cuestión de mayor fuerza si no de saber usar bien lo que tienes y lo que sabes.
No puedo estar más orgullosa de este equipo de tres mujeres que hemos formado.
Las mujeres somos capaces, valientes y fuertes
Somos fuertes, somos valientes, somos capaces, pero sobre todo somos compañeras y cuidamos las unas de las otras.
Gracias, muchas gracias, a vosotras y a todas esas mujeres valientes y fuertes, maestras, compañeras, amigas que me han enseñado que sí podemos.
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